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viernes, 30 de mayo de 2025

Reflexión del 30 de mayo



Prensa Única RD

Por: Homero Luis Lajara Solá

Un día como hoy, cayó la dictadura de Trujillo. Muchos dieron su vida o su juventud por ese momento. Padres que no vieron crecer a sus hijos, madres que jamás volvieron a abrazar a los suyos. Lo hicieron creyendo en una idea: libertad.

Pero hoy, frente a la pantalla de un televisor o desplazando el dedo por Instagram, vemos rostros deformados por el odio, voces que insultan sin pudor, personas que maldicen al mundo culpando a otros de sus penas, y que confunden libertad con libertinaje.

¿Fue para esto?

¿Para que la dignidad se vuelva trapo?
¿Para que trayectorias honorables se manchen por caprichos, rencores y mezquindades?
¿Para que la vulgaridad se imponga como norma y la elegancia se vea como censura?

¿Es posible que haya quienes se opongan a que se enseñe decencia, respeto, educación básica?
¿Quién puede estar en contra de que los niños y adolescentes—especialmente las jovencitas—no aprendan a interrumpir, gritar u ofender con groserías como si eso fuera natural?

Ya nadie lee el Manual de Urbanidad de Carreño. Ya nadie distingue entre opinar y enlodar.

Hoy, 30 de mayo, no me lo pregunto solo yo. Nos lo preguntamos todos los que aún creemos en la libertad con principios. ¿Valió la pena?

Si. Pero solo si tenemos el valor de revisarnos.

Porque la libertad sin civismo es apenas una selva.

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